Muchos jugadores ven en el comienzo del año la oportunidad de plantearse un nuevo reto, que les motive lo suficiente como para realizar el sobreesfuerzo continuado que exige el afrontamiento y la consecución de metas desafiantes durante la temporada.

Estos objetivos deben ser lo suficientemente ambiciosos y atractivos, como para despertar su motivación e interés, de esta forma podrá movilizar completamente su energía y dirigir todo su esfuerzo para lograr alcanzarlos. Pero a la vez deben ser objetivos realistas y alcanzables, es decir que el futbolista perciba que verdaderamente los puede ir alcanzando si entrena y se esfuerza para ello.

El futbolista debe marcarse sus objetivos como un desafío o un reto personal que le motive y le estimulen al 100%.

OBJETIVOS DE RESULTADO Y DE REALIZACIÓN

Deben establecerse objetivos bien definidos, que marquen el rumbo hacia el que debe dirigirse todos nuestros esfuerzos y que nos permitan tener claro a dónde se quiere llegar y cómo conseguirlo con el entrenamiento diario. Para lograrlo es importante marcarse objetivos de resultado y de realización para cada periodo concreto de la temporada.

Para establecer los objetivos de cada periodo de la temporada, debemos distinguir entre objetivos de resultado y objetivos de realización:

  • Los objetivos de resultado se refieren a resultados deportivos colectivos o individuales, por ejemplo meter tres goles, ganar el partido, ser titular, reducir el número de tarjetas etc. Los objetivos de realización serían las conductas que debemos realizar para poder lograr los resultados deseados. Por ejemplo, tirar a gol con la pierna izquierda, colocar bien la barrera, mantener el nivel óptimo de activación, rematar de cabeza, salir rápido al contraataque, despejar de puños, atender al marcaje etc.
  • Que se logren los objetivos de realización (ejemplo tirar a gol con la pierna izquierda, colocar bien la barrera, mantener el nivel óptimo de activación, rematar de cabeza, salir rápido al contraataque, despejar de puños, atender al marcaje) no garantiza la consecución de los objetivos de resultado (meter tres goles, ganar el partido, ser titular, reducir el número de tarjetas), pero aumenta la probabilidad de que así sea, propiciando que se centre la atención en la propia conducta, fortaleciéndose con ello nuestra autoconfianza y motivación cuando logramos o nos aproximamos a la consecución de un objetivo.

Nuestras metas deben depender de nuestro trabajo diario para lograr alcanzarlas, utilizando como indicador de mejora nuestra propia conducta.

COSTE ASUMIBLE

Las metas deben depender de que el coste sea el apropiado. Los objetivos deben ser desafiantes y ambiciosos, pero a la vez el coste exigido para lograrlos, debe ser proporcionado a las condiciones y ajustarse a los límites del futbolista.

Por muy atractiva, motivante y realista que sea una meta, si para poder lograrla implica un coste demasiado alto por ejemplo entrenar muchas horas todos los días, que no se está dispuestos a pagar, la motivación inicial disminuirá rápidamente y se producirá el abandono.

Al marcarnos una meta tenemos que pensar en el coste que nos supondrá alcanzarla, es decir la dedicación, el esfuerzo físico y psicológico, reflexionando con objetividad sobre si podemos y estamos preparados para asumirlo.

Cuando nos damos cuenta que la meta que nos hemos marcado es poco realista, percibiendo que no somos capaces o no estamos preparados para afrontar dicho reto, nuestra confianza en poder alcanzarla será tan baja que la motivación inicial por conseguirla bajara drásticamente. Lo que antes era para nosotros un objetivo desafiante y motivante, se convertirá en una tarea estresante, que nos agobiará, haciéndonos sentir mal, desanimándonos.

Las consecuencias de no ser capaz de responder a las expectativas creadas en un principio, por marcarnos objetivos poco realistas o inapropiados, pueden ser: la pérdida de la confianza y de motivación inicial, merma de la autoestima, frustración, culpabilidad y abandono del reto que tanto nos ilusionaba.

OBJETIVOS INMEDIATOS, INTERMEDIOS Y FINALES

Para lograr una exitosa planificación de nuestras metas debemos:

1-    Marcarnos objetivos a corto, medio y largo plazo de realización y de resultado, que estén relacionados entre sí, dejando cierto margen de flexibilidad para cambiarlos, replantearlos, ajustarlos etc.

2-    Anticipar dificultades, durante los entrenamientos y los partidos pueden surgir contratiempos que nos impidan la consecución de los objetivos marcados (cansancio, ir perdiendo, nervios, lesiones, mala climatología, recibir una tarjeta, enfadarse, meter gol en propia puerta etc.). Para que las dificultades no nos bloqueen, debemos reflexionar sobre ellas y tener preparada una estrategia que nos permita superarlas, adaptándonos rápidamente a la situación.

3-    Realizar una evaluación objetiva y continúa de la consecución de nuestros objetivos, viendo si se van ajustando o no al objetivo final, si debemos cambiar alguno, incorporar otros nuevos, replantearnos el objetivo final etc.

Tenemos que marcarnos objetivos finales y objetivos inmediatos e intermedios que estén relacionados entre sí. Los objetivos finales deben señalar la meta final a la que queremos llegar, y los objetivos inmediatos e intermedios las etapas que debemos ir cubriendo, para así acercarnos poco a poco a nuestro objetivo final.

Tanto los objetivos finales como los inmediatos e intermedios, son necesarios para mantener elevada y estable nuestra motivación y autoconfianza, preparándonos para mantener la concentración, y superar los costes y las dificultades que nos puedan surgir en el camino.

La consecución de los objetivos inmediatos e intermedios, fortalece la motivación para seguir avanzando. Por ello, es importante que establezcamos objetivos que podamos conseguir rápido y nos den resultados en un periodo corto de tiempo.

Si durante la temporada, por diferentes motivos, no podemos alcanzar los objetivos que en un principio nos habíamos marcado, es aconsejable que reflexionemos sobre los motivos que nos están impidiendo su consecución, que seamos realista y comencemos de cero con una nueva planificación que se ajuste a nuestra situación actual.